Floreana

Floreana es sin duda una isla mágica, llena de historias humanas increíbles de piratas, navegantes y colonos. Historias tan fascinantes que se han llevado al cine.

Floreana, la isla encantada

A pesar de tener una pequeña población, la más pequeña de las 4 islas habitadas, la fama de Floreana ha trascendido. Su reputación "sulfurosa" ha traspasado las fronteras del archipiélago, Ecuador y del Mundo.

Una reputación hecha de misteriosas desapariciones, muertes y envenenamientos. Una reputación hecha de sudor, de esfuerzo, de trabajo duro y de perseverancia. Una reputación de reveses y de éxitos también.

A través de los siglos Floreana ha atraído a gente de todo el mundo: los navegantes, los idealistas, los condenados o ciudadanos ordinarios en busca de un mundo mejor. Año tras año, Floreana ha sido el escenario de las peores vicisitudes, las tragedias más espantosas, las historias más increíbles. Pero Floreana no ha cambiado mucho desde la época en que los inmigrantes noruegos, el Dr. Ritter, los Wittmers o los Cruzes llegaron por primera vez a sus áridas costas. 

Los turistas hace mucho tiempo que han reemplazado a los millonarios americanos que viajaban por todo el mundo, los científicos, los exploradores y otros aventureros, que en un momento u otro, hicieron una visita a estos colonos de fama mundial.Y, sin embargo, Floreana es todavía una de las islas más aisladas del mundo, donde las personas dependen de ellos mismos para su vida cotidiana. Una isla donde el misterio y la magia aún se puede sentir en el aire, donde el tiempo parece haberse detenido.

A la par de la importancia de la Isla Floreana como espacio natural está la experiencia humana de quienes a lo largo de los últimos siglos la han trasnformado o habitado, de manera accidental o voluntaria, y por ende la han modificado La diversidad, natural y cultural, ha sido marca de Floreana en su transformación lenta y permanente de "tierra de nadie", "asilo de paz" o "paraíso perdido" en proyecto de comunidad.

Navegantes precolombinos y españoles, corsarios ingleses, balleneros norteamericanos, colonos noruegos, alemanes y ecuatorianos, constituyen el devenir de esta isla y su posible narrativa.


A finales del siglo XVI las islas Galápagos se encontraban abandonadas por la administración colonial española. Al iniciarse las disputas de ingleses y holandeses contra España, por el tráfico marítimo en el Pacifico, las Galápagos se convirtieron en un sitio estratégico para las actividades de Piratas, Corsarios y Bucaneros europeos, dedicados al saqueo en las colonias sudamericanas hasta entrado el sigo XIX.

Además de una ruta segura, las Islas Galápagos ofrecían reservas de agua dulce, leña y abundante fauna marina y terrestre fácil de capturar. Islas como Santiago (King James II) y Floreana (King Charles II) fueron escondite, lugar de reposo y base de las operaciones de piratas como el Capitán Cook, Edward Davis, Ambrose Cowley o William Dampier.

Varias de sus cuevas y escondites se conservan hasta la actualidad.

De este periodo se conserva abundante narrativa que detalla el tránsito de piratas por las llamadas islas "Enantadas" o "Huérfanas". William Dampier, "El Pirata Literato", en sus memorias de viaje da cuenta particular de las islas. A su piloto, Ambrose Cowley, se debe una de las cartografías más detalladas de esa época, en la que se asigna a las Galápagos nombres ingleses, y que sirvió de guía a posteriores viajeros.

Es incalculable el impacto de este tipo de incursiones en las islas. Pues para su aprovisionaniento se sacrificaron millares de tortugas gigantes, iguanas, lobos marinos y aves, cuyas poblaciones sufrieron una disminución alarmante. Además de la introducción indiscriminada de flora y fauna ajenas al entornode las islas, que con el tiempo se multiplicaron y volvieron silvestres.

CAZADORES DE BALLENAS

 

La demanda internacional de materias primas para combustibles atrajo una nueva actividad sobre las islas: la persecución y caza de las Ballenas, que entre marzo y julio viajan desde el Antártico para aparearse. Hasta finales del siglo XIX, flotas inglesas y norteamericanas empredieron una explotación intensa y desordenada de la especie de ballena Cachalote. De esta época data también el "barril - buzón" ubicado en la bahía de Post Office, Floreana, en el que los navegantes balleneros dejaban su correspondencia para ser recogida y transportada por las embarcaciones que iban de retorno al continente.

 

En este lapso de más de 250 años, tampoco se establecieron asentamientos humanos permanentes en las islas. Como en el pasado, toda presencia fue transitoria.

 

Descripción del tour de día a Floreana

Saldremos desde el hotel donde nos alojamos con dirección al muelle de Puerto Ayora. Aproximadamente a las 08h00 iniciaremos la navegación para llegar a Puerto Velasco Ibarra, junto a la mítica Playa Negra, en la isla Floreana.

Tomaremos allí una "chiva" que nos conducirá a la parte alta de la isla, y pasando por Cerro Pajas, llegaremos al sitio de visita llamado Asilo de Paz.

Iniciaremos un corto paseo por un camino que primero nos llevará a la Galapaguera, una zona de reintroducción de tortugas gigantes terrestres, desaparecidas éstas de la isla como consecuencia de la presencia humana. Las tortugas fueron utilizadas como alimento por piratas y navegantes en un comienzo dada la facilidad de estos animales para permanecer vivos a bordo por varios días sin agua ni alimento. Además, que era muy facil capturar a las galápagos dada su nula resistencia y su lenta movilidad.

Posteriormente fueron usadas como alimento y comercializadas por los colonos de la isla, haciendo que desapareciera la especie endémica de galápago de Floreana.

Pasada la Galapaguera, llegaremos a la vertiente de agua dulce. Esta histórica fuente de agua dulce fue parte vital para la sobrevivencia de los primeros habitantes de la isla Floreana (Patrick Watkins, el Dr. Ritter y su compañera Dora Strauch y luego la familia Wittmer). Actualmente es la única fuente de agua dulce que abastece a toda la población de Puerto Velasco Ibarra.

 

A pocos metros nos encontramos con El Laberinto y la Cueva de los Piratas.

 

El primer habitante conocido de las cuevas fue el pirata irlandés Patrick Watkins, quien fue abandonado en Floreana en la década de 1780. Sembraba tabaco, calabazas, patatas y cazaba tortugas para intercambiarlas por licores con los marinos que llegaban a Bahía de Post Office. Posteriormente en 1932 fue habitada por el Dr. Ritter y Dora Strauch.

Después vivirían aquí los Wittmer mientras construían la casa familiar.

 

Pero sin duda alguna, existió una habitante de la isla que marcó la historia de Floreana para siempre, Eloise Wagner de Bousquet, la Baronesa de Galápagos.

La historia de la Baronesa de Galápagos, a manera de documental, fue incluida por la Academia de Hollywood en la lista de las 134 producciones que han iniciado su carrera por lograr el Oscar al mejor documental, en la 87 edición de sus prestigiosos premios cinematográficos, cuyos ganadores se conocerán el 22 de febrero. Bajo el nombre "Galápagos Affair: Satanás vino a Edén" (Galapagos Affair: satan came to Eden), este documental es dirigido por los estadounidenses Daniel Geller y Dayna Goldfine y narra los hechos ocurridos en 1932, en la isla Floreana (Galápagos), relacionados con la desapariciones de alemanes y suizos que llegaron al famoso archipiélago, huyendo del mundanal Berlín, entre ellos, una mujer que se autoproclamó baronesa y junto a sus tres amantes, desencadenaron una guerra entre ellos que terminó en tragedia y cuyos hechos, según la producción, no están del todo esclarecidas. El documental es narrado por la oscarizada Cate Blanchett (Blue Jasmine) y la actriz Diane Kruger (Troya, Bastardo sin gloria, La huésped). Además por otros reconocidos histriones como Dore Strauch, Sebastian Koch, Heinz Wittmer, Thomas Kretschmann, Friedrich Ritter, Margret Wittme Connie Nielsen y Gustaf Skarsgård.

Esta noticia ha sido publicada originalmente por Diario EL TELÉGRAFO bajo la siguiente dirección: http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/espectaculos/22/la-historia-de-la-baronesa-de-galapagos-preseleccionada-al-oscar-al-mejor-documental
Si va a hacer uso de la misma, por favor, cite nuestra fuente y coloque un enlace hacia la nota original. www.eltelegrafo.com.ec

La historia de la Baronesa de Galápagos, fue llevada al cine, llegando a lograr un Oscar por la Academia de Hollywood al mejor documental en la 87 edición de sus prestigiosos premios cinematográficos.

Bajo el nombre "The Galapagos Affair: Satan came to Eden", el documental dirigido por Daniel Geller y Dayna Goldfine narra los hechos ocurridos en 1932 en la isla Floreana, relacionados con las desapariciones de colonos alemanes que habían llegado al famoso archipiélago huyendo de la civilización.

La historia de la Baronesa de Galápagos, a manera de documental, fue incluida por la Academia de Hollywood en la lista de las 134 producciones que han iniciado su carrera por lograr el Oscar al mejor documental, en la 87 edición de sus prestigiosos premios cinematográficos, cuyos ganadores se conocerán el 22 de febrero. Bajo el nombre "Galápagos Affair: Satanás vino a Edén" (Galapagos Affair: satan came to Eden), este documental es dirigido por los estadounidenses Daniel Geller y Dayna Goldfine y narra los hechos ocurridos en 1932, en la isla Floreana (Galápagos), relacionados con la desapariciones de alemanes y suizos que llegaron al famoso archipiélago, huyendo del mundanal Berlín, entre ellos, una mujer que se autoproclamó baronesa y junto a sus tres amantes, desencadenaron una guerra entre ellos que terminó en tragedia y cuyos hechos, según la producción, no están del todo esclarecidas. El documental es narrado por la oscarizada Cate Blanchett (Blue Jasmine) y la actriz Diane Kruger (Troya, Bastardo sin gloria, La huésped). Además por otros reconocidos histriones como Dore Strauch, Sebastian Koch, Heinz Wittmer, Thomas Kretschmann, Friedrich Ritter, Margret Wittme Connie Nielsen y Gustaf Skarsgård.

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La historia de la Baronesa de Galápagos, a manera de documental, fue incluida por la Academia de Hollywood en la lista de las 134 producciones que han iniciado su carrera por lograr el Oscar al mejor documental, en la 87 edición de sus prestigiosos premios cinematográficos, cuyos ganadores se conocerán el 22 de febrero. Bajo el nombre "Galápagos Affair: Satanás vino a Edén" (Galapagos Affair: satan came to Eden), este documental es dirigido por los estadounidenses Daniel Geller y Dayna Goldfine y narra los hechos ocurridos en 1932, en la isla Floreana (Galápagos), relacionados con la desapariciones de alemanes y suizos que llegaron al famoso archipiélago, huyendo del mundanal Berlín, entre ellos, una mujer que se autoproclamó baronesa y junto a sus tres amantes, desencadenaron una guerra entre ellos que terminó en tragedia y cuyos hechos, según la producción, no están del todo esclarecidas. El documental es narrado por la oscarizada Cate Blanchett (Blue Jasmine) y la actriz Diane Kruger (Troya, Bastardo sin gloria, La huésped). Además por otros reconocidos histriones como Dore Strauch, Sebastian Koch, Heinz Wittmer, Thomas Kretschmann, Friedrich Ritter, Margret Wittme Connie Nielsen y Gustaf Skarsgård.

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En 1929 un médico de Berlin, Friedrich Ritter, y su amante Dore Strauch, abandonan a sus respectivos cónyuges y se dirigen a la isla Floreana en busca de la soledad de ese rincón encantado del mundo.

Ritter y Strauch pronto descubren que no será tarea facil colonizar Floreana debido a la escased de comida y  agua. Ambos son vegetarianos y por lo tanto no pescan ni cazan.

En lugar de de leer, escribir y tener largas discusiones sobre Nietzche, filósofo que los inspiraba, como habían soñado durante años, se encuentran trabajando constantemente para sobrevivir y descubriendo que como pareja no son tan compatibles como pensaban.

La buscada soledad desaparece con la llegada pocos años despés de la familia Wittmer, también procedente de Alemania. Pero poco después la situación empeora con la llegada de Eloise Wehrborn de Wagner-Bosquet, quien dice ser Baronesa y que viaja con sus dos jóvenes amantes con la intención de construir un lujoso hotel  para millonarios en la isla.

A partir de ese momento el “paraiso” se convierte en un ” infierno”. Surgen continuos problemas entre los tres grupos de colonos desencadenandose una lista de trágicos y misteriosos acontecimientos que dejan como resultado tres muertos, dos desaparecidos, y muchas cuestiones aún hoy sin resolver.


 

 

Bajaremos nuevamente a Puerto Velasco Ibarra para almorzar, y un poco después practicaremos snorkeling en la Lobería de Floreana o en la famosa Playa Negra.

Un lugar increíble para el buceo de superficie, en el que podremos ver tortugas  marinas, lobos, mantas rayas, pinzón arbóreo, pingüino de Galápagos, peces de colores, etc.

Además observaremos la iguana roja de galápagos, una verdadera belleza de animal.

Regresaremos entonces a Puerto Ayora.

 

Es posible hacer noche en Floreana. Eso te permitirá disfrutar de su cielo limpio y estrellado, y un silencio mágico que traerá a tu mente las historias de la isla.

Solicita en tu cotización los días que quieres pasar en la isla.

El tour incluye:

Hora de salida:

  • Guía naturalista bilingüe
  • Transporte terrestre Hotel  - Muelle de Puerto Ayora.
  • Transporte marítimo
  • Box lunch
  • Equipo de snorkel

08h00 am aprox.


Duración

Qué llevar

De 7 a 8 horas

  • agua
  • ropa ligera
  • chaqueta impermeable
  • gorro
  • protector solar
  • zapatillas de trekking

Historia de Floreana

La isla Floreana debe su nombre a Juan José Flores, el primer Presidente de Ecuador, quien tomara posesión del archipiélago. Originariamente se la llamó isla Santa María en honor a una de las carabelas de Colón. Mas tarde se la conocía como Isla Charles por los marineros ingleses en referencia al Rey Charles II de Inglaterra.

La isla tiene una superficie de 173 km² y una altitud máxima de 640 metros.

Floreana durante mucho tiempo ha sido conocida como la "Oficina de Correos" del Océano Pacífico. Un barril de madera funcionaba como buzón de correo hasta el final del siglo XVIII (en el año 1790), por lo que los barcos que regresan a casa podían recoger el correo y entregarla a su destino, principalmente a Europa (sobre todo a Reino Unido y los EE.UU.).

 

Floreana es también la isla que atrajo a los primeros colonizadores pioneros. Su primer habitante fue un irlandés con el nombre de Patrick Watkins, quien tomó posesión de Floreana en 1807 y vivió allí durante un par de años con una vida realmente espartana antes de secuestrar un barco ballenero y huir al continente.

 

Después de unos años, el archipiélago se convirtió en territorio ecuatoriano (en 1832). José Villamil, el principal promotor de la anexión y, por tanto, el primer gobernador de la isla, inició la colonización oficial de Galápagos. En 1832 desembarcó en Floreana junto con 80 prisioneros. Pero muy pronto, su sueño de la colonización se convirtió en una pesadilla y José Villamil, decepcionado, abandonó la isla cinco años después.

 

Un nuevo intento de colonización bajo José Valdizán duró hasta la segunda mitad del siglo, pero terminó en una masacre en 1878 cuando Valdizán fue asesinado por los mismos trabajadores que había traído con él a la isla con el fin de establecer una próspera granja de orquídeas.

 

Floreana fue parada predilecta de balleneros y otros visitantes a las Islas Galápagos. Cuando todavía era conocida como isla Charles en 1819, la isla fue incendiada  como una broma por Thomas Chappel desde el barco ballenero de Nantucket Essex. Debido a la estación  seca, el fuego quemó todo muy  rápido. Cuando los hombres volvieron a la Essex ardía casi toda la isla. La tripulación estaba molesta por el fuego y capitán Pollard juró venganza sobre quien había incendiado la isla.

Al día siguiente vio la isla todavía en llamas y  el barco zarpó hacia otro recinto cercano y después de un día completo de navegación el fuego era aún visible en el horizonte. Muchos años más tarde, Thomas Nickerson, quien había sido un muchacho de cabina en el Essex, regresó a la isla de Charles y encontró un páramo negro: ni árboles, arbustos o hierba lo que contribuyó a la extinción de algunas especies endémicas en la isla. Un año más tarde durante el mismo viaje, el Essex fue hundido por una enorme ballena.

 

En septiembre de 1835 el segundo viaje del HMS Beagle trajo a Charles Darwin a la isla de Charles. La tripulación de las naves fue recibida por el gobernador interino de Galápagos, Nicolas Lawson.  Darwin había notado como diferían en la forma los caparazones de las tortugas en las diferentes islas, pero esto no sucedía así en Floreana.

Darwin no encontró ninguna señal de tortuga nativa de la isla y asumió que balleneros, piratas y colonos humanos habían provocado su desaparición .

Desde 1850, no se han encontrado tortugas en la isla a excepción de las introducidas. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza clasificó la tortuga de Floreana: Chelonoidis elephantopus (a veces llamada Chelonoidis nigra) como extinta. De hecho se considera que esta especie de tortuga de Galápagos ha estado extinta por más de 150 años.

 

A principios del siglo XX, Floreana volvió a ser la tierra prometida para muchos noruegos que fueron influenciados por el cónsul de Ecuador en Oslo en ese momento, Augusto Cristiansen. Un sueño que no duró mucho tiempo. A mediados de la década de los 20 la colonia noruega de Floreana no era más que una colección de pequeñas casas.

 

En aquellos días, algunos alemanes decidieron probar fortuna. El primero en llegar fue Friedrich Ritter. Este médico de Berlín llegó a la isla en 1929 en compañía de su amante Dore Strauch. Durante casi tres años fueron los únicos habitantes permanentes de la isla. Su tranquilidad fue perturbada sólo en raras ocasiones por navegantes ocasionales.

En 1932, otros alemanes llegaron en busca de una vida mejor, Margaret y Heinz Wittmer junto con su hijo Harry y poco después nació en la isla su hijo Rolf, primera persona registrada como nacida en Floreana.

Varios meses más tarde, una extravagante "baronesa" Eloise Wehrborn de Wagner-Bosquet, llegó acompañada de sus dos amantes.

En los años que siguieron, Floreana fue el escenario de desapariciones misteriosas como la de la baronesa y uno de sus amantes. Muertes trágicas sucedieron: la de Lorens, uno de los amantes de la baronesa, y la del noruego habitante de San Cristóbal, que murieron de sed después de que su barco se hundiera mientras regresaban a San Cristóbal. Envenenamientos extraños como el de doctor Ritter, un conocido vegetariano que murió después de comer pollo.

 

Pero Floreana ha sido también la tierra de los sueños de otras personas, ecuatorianos y extranjeros que llegaron a sus costas en busca de una vida diferente. Personas que buscaban un estilo de vida tranquilo, un sueño que después de años de esfuerzo y trabajo duro finalmente se ha convertido en realidad. En la bahía conocida como Bahía del Correo, una playa situada en el punto de la isla situada más al norte, todavía existe el barril y es aún hoy en día utilizado por los turistas. Los descendientes de los Wittmer, la familia Cruz, la Zavala y otros familiares de los primeros habitantes de la isla, siguen viviendo en Floreana.